Es un día de tormenta, una gran tormenta, toda la gente pasa corriendo a
sus casas, tapándose de la lluvia. Mientras todos se van espantados, Mary está encerrada
en una cabina telefónica, está sentada con los brazos sobre las rodillas y allí
oculta su cara. Esa noticia había acabado con todas sus esperanzas, había
matado las pocas ganas que le quedaban de vivir, la pérdida de una de las
personas más importantes en su vida la había dejado atada a la soledad y al miedo
y nadie estaba allí para salvarla, estaba tocando fondo y nadie lo notaba. Las
lágrimas recorrían sus mejillas como si corrieran carreras, uno a uno iban
cayendo esos sueños rotos, esas esperanzas desvanecidas, esos gritos
silenciosos. Fue entonces cuando la puerta de la cabina telefónica se abrió y
se asomó un chico, quien le ofreció su ayuda, ella sin ganas de nada aceptó,
sin saber que esa persona cambiaría su vida por completo.
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?