Oh no Lan Wangji está en cama por un ataque de fiebre, su esposo desde hace tres años Wei Wuxian será el responsable de cuidarlo por ese día, lo baña, le canta y le da de comer... Todo parecía ir bien hasta la hora de dormir. Wei Wuxian se duerme llorando al recordar las cicatrices de un duro castigo que le impartieron a su amor por su culpa o al menos eso creía él