-Hey, tú. El pelirrojo con mirada distraída, ¿En qué piensas? -Inquirió el renombrado "loquito" de la escuela, que al parecer llevaba bastante tiempo parado observándolo.
-Lo que sea que esté pasando por mi mente no es de tu incumbencia -Respondió indiferente, con cero intención de mirarlo.
Lentamente se fue acercando, con su típica sonrisa que tanta fama le había dado, aquella que hacía a la comisura de sus labios elevarse, su dentadura relucir y sus ojos achicarse.
Sin su sonrisa flaquear por un instante, se agachó y un suspiro fue dejado al aire, antes de fijar su mirada en él.
-Tú estás en una situación estresante de la que no sabes cómo salir, ¿O me equivoco?