Joseph desató un acto de violencia... y lo sabe.
La culpa lo consume, pero algo dentro de él grita que su arrepentimiento debería significar algo. Nadie lo perdona. Ni su familia. Ni sus amigos. Ni quienes una vez lo amaron.
Mientras su mundo se derrumba, descubre la verdad más aterradora: no fue él quien destruyó todo... no del todo. Hay algo más. Una entidad oscura se apodera de su mente mientras duerme, guiando sus actos con un propósito siniestro.
Ahora, para redimirse -o perderse por completo- Joseph deberá enfrentar al verdadero enemigo: el monstruo que habita en su cabeza.