No puedo amar correctamente
22 capitole În curs de desfăşurare Este poemario... es mi refugio y mi cicatriz. No es que lo signifique mucho para mí; es que, de alguna manera, soy yo a través de sus páginas.
Recuerdo la crudeza de mis 18 años. La vida se sentía inmensa, y mi corazón, recién estrenado en el dolor, parecía demasiado frágil para sostenerla. Estaba roto, sí, pero no era solo la pérdida lo que me dolía; era la culpa que me ardía por dentro, la sensación de que yo había fallado en la ecuación.
Y en medio de ese desorden emocional, encontré la frase que no sabía que estaba gritando:
"No puedo amar correctamente."
No fue una línea leída en un verso ajeno, fue una traducción exacta de mi alma. Era el diálogo más honesto y cruel que podía tener conmigo misma. Me miraba en el espejo, con los ojos hinchados y el nudo en la garganta, y esa era la única verdad que podía articular.
Era la admisión de que mis sentimientos eran demasiado grandes, demasiado caóticos, o quizás demasiado poco para encajar en lo que se suponía que debía ser el amor.
Era sentir que existía un patrón de costura para querer, y que yo solo tenía tijeras desafiladas y manos temblorosas. Que mi forma de entregarme siempre terminaría en desastre.
Esa frase era mi sentencia y mi liberación a la vez. Al verbalizar que no sabía cómo "amar correctamente", asumía mi imperfección y, en el fondo, me daba permiso para sentirme destrozada.
Hoy, cuando abro esas páginas, no siento la pena de antes, sino una profunda ternura por esa joven de 18 años. El poemario se ha convertido en el testigo mudo de que la supervivencia es posible. Me recuerda que la única forma correcta de amar es mi propia forma, incluso si eso significa equivocarse mil veces.
Este libro no solo me acompañó en la ruptura, sino que me enseñó que el diálogo más importante es siempre el que tenemos con nosotros mismos. Y por eso, lo guardo como el mapa de mi primer gran rescate.