Huyendo de mi

¿Qué hay mejor que esa sensación plena de libertad tras una ruptura amorosa? Nada, excepto que salga tan mal que termine de rematarte. Eso le pasó a Sandra.
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Me llamo Sandra y estudio enfermería. Pero eso no dice mucho de mi.
Yo era aquella chica feliz, esa que lo tenía todo; estaba estudiando en la universidad una carrera que me gustaba, vivía en un pisito muy mono junto a mi mejor amiga y tenía un novio maravilloso con el que, quizá algún día, pensaba formar una familia.
Era buena y considerada, ayudaba en casa, hacía voluntariado y todo el mundo podía confiar en que no haría nada inesperado ni impulsivo.

Hasta que Marcos me dejó.

Ahora soy la chica que sale cada noche alegremente, disfrutando de la vida y de la libertad, volcando mi despecho en cualquiera cuyos brazos quieran recogerme. Y todo iba de perlas, hasta el día en que me desperté en la cama de Pablo. Alias "el mayor imbécil del universo".

Y ahora me pregunto si mi vida podrá empeorar aún más.