Nervioso, un hombre entra en el salón de descanso, en su manos lleva bien apretado un libro negro que necesita abrir, pero él no puede hacerlo. Mirando alrededor ve que en todo el salón solo hay una persona que esta sentado, solitario, la persona indicada para hacerle un favor, solo espera ser lo suficientemente persuasivo para convencerlo de abrir aquel libro. Un atisbo de sonrisa se asoma en su rostro, lo oculta rápidamente para que aquel tipo no lo vea y sospeche de él, se acerca, se sienta frente a al tipo y le ofrece el libro...