Amor Onírico (Stolitz)

El infierno puede tender a volverse un lugar lleno de remordimientos y pecados, donde las almas de todos los condenados en la Tierra recaen con el fin de pasar el resto de su existencia atravesando su propia miseria.
Sin embargo, el infierno tiene la peculiaridad de haberse forjado gracias a las decisiones de los propios demonios; la máxima expresión de libre albedrío que se puede alcanzar en lo respectivo de las propias vidas ambulantes que ahí se engloban: donde las propias decisiones que tomen los demonios responderán a sus propias consecuencias.

Un vacío lleno de desesperanza hace sucumbir las rutinarias vidas de todo demonio al que pueda alcanzar, sin embargo existen unos pocos afortunados que pueden alcanzar una cierta felicidad en lo que corresponde a sus propias vidas, aún si dicha felicidad está basada en un espejo de mentiras y, a su vez, un espejo de verdades.

No hay mejor desafío para un demonio que poder descubrir su propio engaño, muchas veces oculto en sí mismo, otras muchas... dentro de su propio vacío.