Érase una vez un niño llamado Miguel, que nació en las altas montañas de Monterey, México. Su barrio era muy tranquilo y callado, pero el tráfico y narcos de drogas abundaban su ciudad, pero eso a él no le dio importancia, su padre y madre le incitaron a todo tipo de cosas: fumar, esnifar e incluso pincharse, él nunca lo consumió, pero lo aceptaba y lo vendía, en los estudios no le fue muy bien, le expulsaron de todos los colegios, institutos y todo tipo de estudios por casos de policía y familiares, cuando creció se ganaba la vida en eso, llego al punto de pasar fronteras lo que él no sabía es que eso lo llevaría a su final.
Un adolescente sordo de 13 años que vive en el siglo XXI se encontró repentinamente como un niño en Japón a principios del siglo XX. Con dos guerras mundiales, dos bombas nucleares, Hitler y muchos otros desastres esperando su futuro, pensó que las cosas no podían empeorar.
Excepto que lo hicieron.
Más tarde descubrió que en realidad se había reencarnado en el mundo de Demon Slayer, donde los demonios devoradores de hombres gobernaban la noche. Pensó que las cosas no podían empeorar.
Excepto que lo hicieron.
¡Pero bueno! Al menos tenía un talento incomparable, ojos increíblemente especiales y conocimiento del futuro.
¿Cómo cambiará la historia de Demon Slayer con la incorporación de este personaje único? ¿Morirán tantos si los Hashiras tuvieran un pilar más en la batalla final?
¿O la historia terminará con una nota mucho más feliz?