Auron está enamorado. No pueden culparlo. ¿Quién no caería ante aquella sonrisa tan preciosa que tenía Luzu? Auron haría cualquier cosa por ver sonreír a su niño, desde darle pequeños obsequios hasta hacer el tonto frente a él. Luzu le gustaba demasiado, y aunque Raúl no era alguien muy amable, con Borja dejaba ver ese lado sensible que nadie conocía. Su felicidad se basaba en la felicidad de su compañero, y se aseguraría de que la sonrisa de su niño jamás desapareciera.
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