Necesitaba a alguien. Las drogas, las fiestas, el sexo, ser "ruda", no me dejaba nada bueno y no era para nada feliz. No sabía exactamente sí era él lo que necesitaba, pero lo deseaba como nunca en mi vida había deseado a alguien o a algo.Lo que había hecho él en mí, nadie lo había hecho. Llegar al punto de escribirle cartas sin sentido, con sentimientos reales, contándole cosas estúpidas y sin demostrar mi identidad me hacía sentir bien, sentía como sí se lo estuviera diciendo en la cara. Había un único y gran problema: él nunca se fijaría en mí. Podía estar completamente segura de ello. Éramos totalmente diferentes: él era un 'ratón de biblioteca', estudioso y calmado. Yo era una rebelde buscando la libertad en lugares equivocados y nunca seguía las reglas. Aunque, a veces los polos opuestos se atraen y tal vez podríamos tener más cosas en común que diferentes.