¿Qué pasa si los Dioses renacen y se mantienen involuntariamente cautivos de un internado psiquiátrico? Lo lógico es que no serán prisioneros de patéticos humanos durante mucho tiempo. Los pacientes con trastornos y filias más delicadas se ponen de acuerdo para elaborar un plan que los sacará del suplicio de ser tratados como enfermos cuando sus mentes juran que son superiores. En la ejecución, disfrutarán de arrebatar la vitalidad y hasta el más recóndito aliento de las bestias que los encarcelaban. Huyeron para reinar, y aunque no será posible hacerlo de manera escandalosa, los Dioses reunirán un séquito de admiradores que aplaudirá su clandestina gloria en el más indeleble, prestigioso e infame club dirigido por Zeus y constituido por esculturas ambulantes con dones excepcionales e innatos. Bienvenido a Olympus, su disfrute será ineludible apenas se tope con alguno de los fugitivos.