Que mi vida cambiaría por completo de un día para otro no era algo que estuviera en mis planes, sin embargo aquí estoy esperando el camión que me llevaría a la escuela como cada inicio de semana. Es una mañana lluviosa por lo que se veía el sol no aparecería el día de hoy y a mí ya se me hacía un poco tarde para la escuela, el camión de la escuela ya estaba bastante retrasado. A lo lejos veo las luces de un auto las cuales me deslumbran cada vez más dándome a entender que este venia demasiado rápido, la lluvia está bastante fuerte y esta no permite tener buena visión, el paraguas apenas logra cubrirme, lo único que logro ver es como las luces se acercan más, poco a poco va bajando la velocidad yo sin poder entender solo doy un paso atrás para que no me llegue a mojar con el charco que está enfrente de mí, la camioneta para en seco enfrente de mí y solo alcanzo a ver al chico que va manejando y otros tres salen de la puerta de atrás, son tres hombres altos y bastante fuertes, antes de permitirme quedarme en shock me giro para echarme a correr pero antes de que pudiera dar un paso dos de ellos ya me había agarrado de los brazos y piernas haciendo que el paraguas callera, mientras otro ponía un pañuelo húmedo en mi nariz y boca, mis ojos comenzaron a cerrarse poco a poco haciendo que cada vez mi vista fuera más borrosa.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...