En el inicio de los tiempos, las almas de los difuntos vagaban pérdidas por el mundo sin saber cómo encontrar la paz. Al ver su sufrimiento, el cielo decidió enviar dioses que las guiarán en su travesía al otro mundo, seres capaces de tomar la esencia del gran amor en vida para acompañar a las almas y que estas llegasen puras al descanso eterno. Tras fallecer, de todas las cosas que la humanidad especuló había después de la muerte, lo último con lo que Jeon Jungkook esperó encontrarse fue que la administración del cielo era una mierda. Y en especial, jamás creyó que afirmar que se le había asignado al acompañante equivocado le haría quedarse atrapado entre un montón de papeleo y el limbo. Pero no importaba, para Jeon, la burocracia celestial podía joderse, ese expediente estaba mal y él jamás podría ser su compañero; porque había prometido mantener el nombre de Kim Taehyung en secreto hasta la muerte. O bueno, lo que le sigue. "-Alma... -le llamó. Se había transformado de nuevo en el chico y se jaló un poco el cuello de la camisa con una ceja alzada-. Niégalo todo lo que quieras, esto que el tal Taehyung tiene tatuado aquí es idéntico a ese misterioso lunar con forma de tatuaje que tú tienes en el pecho. No me engañes. -Pero... -intentó objetar Jungkook. -Ay, por favor. No puede ser que hasta muerto estés mintiendo." Enviamos nuestras condolencias, y le deseamos una excelente muerte.
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