Raina creció teniendo presente que los monstruos no habitan bajo la cama, que hay monstruos de carne mucho más crueles, estos poco a poco consumieron todo su ser, la doblegaron y con el pasar de los días ella perdió las ganas hasta que una persona llega a su vida mostrándole que hay fieras incluso más sádicas y crueles cuando tocan lo que realmente aman.