Dios es justo... A su manera. Se cansó de la rebeldía de su creación y dejó su omnipresencia para repartir justicia sobre sus tierras. Ahora todas las personas son buenas, dedican sus vidas al bien y a cambio obtienen preciosos dones que les ayudan en su día a día. Pero... Aún existen las personas malas. Aquellas que no nacieron para hacer el bien. A estas se les castiga con maldiciones crueles que les perseguirán de por vida y les generan rechazo en la sociedad por ser una minoría. Sin embargo, aún existe una solución. Un escape. ¿Qué era ese lugar al que llamaban Karmaland?All Rights Reserved