Dios bendiga tu destrucción

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Angie, una niña que creció en un paraíso terrenal donde todo es perfecto.

Un día, es invitada a la Mansión Blackwell como compañera del joven maestro.

"... ¿Quién eres?"

La existencia de Kyle, que conoció más allá del oscuro velo. A diferencia de Angie, que estaba llena de emoción, su reacción fue fría, pero...

"Estoy aquí para contarle una historia".

Angie da un paso más cerca del chico que no puede recibir la luz del sol o salir al exterior, contando las historias que alguna vez imaginó.

Cuanto más tiempo pasan juntos, más se sienten atraídos el uno por el otro, pero el amor que ella pensó que duraría para siempre.

"Detente. No vengas".

"Te explicaré todo, Angie. Escucha. ¡Confía en mí...!"

El secreto que había estado ocultando se hizo añicos...

***

"Cuando regrese... sé mi mujer. Ese es el único regalo que quiero".

La suave cama se balanceó pesadamente y una fuerte sombra cubrió inmediatamente el cuerpo de Angie. Angie jadeó.

"Tú también me amas, Angie. Al esperarme... te darás cuenta".

Cuando Kyle tomó su lengua y la chupó, las pestañas de Angie temblaron convulsivamente. La sangre se le subió a la cabeza y sonó una alarma de advertencia.

Bajo el placer y la emoción estimulante, su mente rápidamente se volvió borrosa.

Un intenso éxtasis envolvió todo su cuerpo, hasta el punto de llevarse incluso su alma.

Angie cerró los ojos ¿Es esto... un sueño? Si es un sueño, no quiero despertar nunca.

Una chica más clara y feliz que nadie en el mundo, un chico noble e infeliz, se conocieron así.