Nunca fui una mala persona, o por lo menos eso creo, toda definición cambia ante los ojos de alguien pero aún así, fui condenado, condenado a buscar lo que nadie más podría, las cuatro flores del Edén, con el único objetivo de darles muerte solo para conseguir la mía, ya a pasado tanto tiempo, tantos intentos, que hoy en día veo lejos el final, pero son sus vidas o la mía y aunque no entiendo mi interés en morir para algún día volver a vivir, cumplire, tarde o temprano yo ganaré.
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