Carajo. Su cabeza dolía tanto que sentía que le iba a estallar. -¡Mierda!- quiso levantarse y ahí se dio cuenta que no era solo la cabeza lo que le dolía. -¿Pero qué...?. No. Esto no podía estar pasando. «Tiene que ser una puta broma». Se sentó lentamente en la cama y miró a su alrededor, definitivamente esa no era su habitación. «¿Por qué estoy en la habitación del pelos de mierda? Y más importante: ¡¿Por qué me duele el culo?!».