" Esa era la Freya que conocí, aquella que siempre decía alguna tontería y por más inoportuna que fuese lograba sacarme unas cuantas risas, era la pequeña que me hizo reír cuando mi peluche favorito desapareció y que se volvió una parte importante de mi vida. Una parte de mí. Lastimosamente aquella versión de ella desaparecía cada día, o talvez se apaga lentamente como lo estaba haciendo de forma física ".