Y ahí estaba yo...una niña de 10 años de edad con su cabello rojizo recogido en una cola de caballo muy despeinada y sus uñas con restos de esmalte destrozado por tanto mordisquearlas, en la parte trasera de un viejo auto esperando a que el hombre que trataba de tomar el lugar de su padre robara unas cuantas botellas de licor y unos cigarros en una vieja gasolinera, mientras su madre se retorcía enseñándole al hombre detrás del mostrador sus piernas con el objetivo de distraerlo mientras "papá" llenaba ese sucio y descosido maletín de botellas de brandy barato, preservativos y muchas cajas de Marlboro.