Anne Coleman había vivido en Londres hasta la temprana edad de 14 años. Había cambiado, mucho, ya no era la niña que se había ido de allí después de que su padre perdiese la vida en un accidente de caza y su madre quedara como todos decían "loca". Su tía había decidido tomar las riendas de esa familia ahora devastada y había decidido que lo mejor era llevarlas con ella a Francia. Lejos de los ojos de pena, críticos y cotillas que rodeaban a la alta clase. Una gran sorpresa su regreso, sobretodo para la familia Bridgerton, aquellos que habían estado con ella y sus hermanos el día de la muerte de su padre y testigos de la locura de su madre. Lady Whistledown y los ciudadanos de Mayfair iban a ser grandes testigos de su regreso.