𝑷𝒂𝒊𝒏 𝒊𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒃𝒆𝒔𝒕 𝒕𝒆𝒂𝒄𝒉𝒆𝒓 / BaiLian

En los pocos sentidos que mantenía el joven príncipe, el aroma a carne quemada y gritos de una multitud apenas eran divisados en su endeble conciencia.

"Duele..duele, duele, duele ¡Duele!" Pensó en gritos mudos. El único "lamento", si es que podía ser descrito de tal manera, era el húmedo gorgoteo de la sangre que brotaba de su garganta cercenada. Los retazos de la piel destrozada lo hacían ver lamentable.

Se veía grotesco y escabroso.

Pero a los ojos de Blanco sin Rostro, no era nada más ni nada menos que una obra de arte.

"Por fin podré demostrar cuanto te he anhelado Dianxia." Fue el murmullo lejano que pudo percibir para su horror.

"No, no, no, no. Alguien ayúdeme, alguien mateme."

Pero...¿Quien salvaría a un Dios olvidado por los cielos?