Odio el pueblo en donde vivo. Odio que a las personas se les haga tan fácil juzgar. Pero, sobre todo, odio haberme enamorado de la persona incorrecta, y peor aún, que haya sido de mi mejor amigo. Asher Lehmman tenía los ojos más fascinantes que alguna vez había visto, eran como el océano, y aquellos se convirtieron en mi perdición. Éramos polos opuestos, pero a la vez tan iguales que nos complementábamos. Todo puede cambiar radicalmente en un abrir y cerrar de ojos, lo supe cuando llegó esa noche sobre su tejado. La noche que lo cambió todo.