La legendaria pandemia del 2020 obliga a Armando Arellano, un estafador mediocre, a estar encerrado en su departamento; sin nada más que hacer que debatir en redes sociales y quejarse sobre lo monótona que era su vida aún antes de la cuarentena. El aburrimiento termina cuando ve en las noticias su propio homicidio dentro del departamento en el que está habitando.