Lina no quería volver al internado. No quería volver a compartir habitaciones con sus amigas. No quería verles la cara a sus compañeros de curso. No quería verlo a él. No quería ser el centro de atención de todo el colegio. << pobrecita, como le pesan los cuernos. Me da pena, deberíamos hablarle. Ahí viene la cuenernera. >> Quería quedarse en casa, en su habitación, donde su única compañía eran sus lágrimas que no dejaban de salir. No tenía de otra que volver al colegio por obligación de sus padres. Lloraba por amor. Lloraba por un chico. Lloraba por sus amigas. Lloraba por llorar. ¿Por qué volver al colegio si solo recibiese risas y burlas? ¿Por qué no quedarse en casa con sus padres, atrapada en las hojas de sus libros? Quería seguir adelante, pero no sabía cómo. Pero no sabía que se volviera a reencontrar con ese chico que la ayudaría a seguir adelante.