Él, criatura desdichada, incapaz de guardar sus recuerdos en su memoria, la buscaba a ELLA, le brindaba vida, aunque ella no sabía que la vida pudiera tener una sonrisa tan brillante. Ella a cambio, prometió guardar sus recuerdos por él, juró almacenar sus momentos en las estrellas. Ellos...se completaban el uno al otro, no eran más, que el destino envuelto en las sábanas de un amor eterno.