Sophia Edwards era una adolescente de 17 años. Llevaba una vida medianamente normal. Apesar de que sus padres estaban separados desde ya mucho tiempo, para ser exactos 10 años, ella llevaba una vida pácifica.Sophia era una chica alta, 1.75 cm, color de piel marrón claro, ojos verdes, labios gruesos, pelo largo color negro no muy osculo, con mechas californianas. Era una chica hermosa, por dentro y por fuera. Pero ella estaba desconforme con lo qué ella decía que era "lo más importante de una persona" , su físico. Ella pensaba que todos la notaban gorda, que no tenía un cuerpo lindo por él cual los chicos la puedan elogíar. Pero ella estaba muy equivocada.¿Dolor? lo qué ella sentía al verse al espejo y notarse gorda.Sophia vivía en California , Estados Unidos. Desde que sus padres se separaron, siempre vivio con su madre y nunca conoció la casa de su padre, el cual se había mudado a México al términar la relación con Ammy, la madre de Sophia.
El padre, siempre había sido un padre muy presente en la vida de su hija, nunca faltó la llamada de él el día de su cumpleaños, ni un regalo. Para decir verdad, John Edwards nunca fue un padre aucente.
Amos se extrañaban mucho y siempre se lo recordaban uno al otro.
Ese día, la vida de la adolescente Américana, iba a cambiar por completo y para siempre, daría un giro de 360º.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...