En el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la mentalidad de que su futuro ya está trazado, pasa sus días alejando a otros, pero cuando Asher Sellards, aquel chico que ha traído la primavera a su vida no se va como el resto, entiende que ningún destino está escrito y que aquello que verdaderamente importa no se encuentra en una marca.