Hace mucho tiempo, en un país lejano, vivía una noble joven desdichada, aún más desafortunada que las plebeyas. El origen de su infortunio, era su propia familia, quienes después de la muerte de su madre olvidaron su nombre y le dieron por apodo "Cenicienta". Su mundo estaba cubierto de cenizas, hasta que la conoció, sus ojos como los topacios pintaron su mundo de color.
-¡Céline! Yo te... -"amo."
-¡Te quiero mucho Céline!
-También te quiero mucho, pequeña. -Dijo la hermosa hada con dulzura.
Cenicienta no pudo evitarlo, no logró detener los deseos que surgían de ella al observar al hada, su boca se secaba y su vista se nublaba sólo al pensar en estar con ella, por siempre, para siempre...
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.