Fuutarou Uesugi, un chico directo como nadie más, tuvo la mala suerte de coincidir un día con un grupo de cinco chicas que eran quintillizas.
Dichas chicas lo aceptaron casi inmediatamente, sí, incluso la tsundere. Esta vez, fue la menor de las Nakano quien rechazó al peliazul por completo.
En la Física, esto puede explicarse como el hecho de que los polos iguales se repelen.
Fuutarou e Itsuki eran tan similares que les era incapaz estar juntos, él era hiriente a más no poder y ella era orgullosa hasta la médula.
Pero la vida los llevó a coincidir y si algo van a aprender, es que la vida no acepta un no por respuesta.
Esta es su lección cinco de la vida.
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero