Viví un duelo junto con la inocencia de ilusiones de cambios sin respuestas, donde me encontré más a mí misma que creía a ver dejado sentada en una banca. Aunque el pasado quedo atrás avanzar no es fácil para quien mal lo paso, pero escribir lo que se sintió todos esos años resulto en algo mejor que llorar por algo que ya no tiene continuación.
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