Dieciocho velas y un entierro

El día antes del decimoctavo cumpleaños de David, su madre le informa de que su abuelo ha fallecido y que, por ello, deben posponer la celebración para ir hasta Valencia, donde tendrá lugar el funeral. Este pequeño percance no supone ningún impedimento para David, puesto que después del velatorio la fiesta se lleva a cabo igualmente, incluso asiste su abuela recientemente viuda. Durante la celebración, se da cuenta de que ha sido mala idea invitarla, puesto que está acaparando toda la atención de los invitados en su día especial. El joven no puede soportarlo, y en un impulso repentino le propina un golpe con una bandeja metálica que hace que fallezca al instante. Todos los invitados presencian el acto, lo cual le pone en una situación sin salida. Con dieciocho años recién cumplidos, su ingreso a la cárcel está asegurado. ¿Qué hará David para salir de esta?