Jade Perry, una estudiante de cuarto semestre del bachillerato en la escuela privada Brearley, había crecido con el pensamiento tan pobre y cerrado de su tía Rose; Los hombres y las mujeres homosexuales se irían al infierno. No hay lugar para ellos en el cielo.
Y para ella era un tabú si quiera pensar en sentir atracción por una chica hasta que conoce a Megan Tanner, que ha recursado el cuarto semestre y ha quedado en su salón. Al principio cuando se entera de que Megan ha tenido varias novias y que es una gigolo decide alejarse lo más posible de ella, repudiándola y comportándose tan fría, tan cortante. Con lo que ella no contaba es que
cuando Megan gusta de una chica, la consigue, a toda costa.
Y con lo que no contaba Megan, es que Jade era dura como una roca, y no dejaba a nadie y mucho menos a una chica, entrar en su vida como ella pretendía entrar.
Y Megan tenía a su favor estar en un colegio para mujeres.