30 Partes Continúa Ellos tuvieron el placer de odiarse al conocerse, ahora tienen el placer de amarse sobre todas las cosas.
El primer cruce de miradas fue una guerra silenciosa, una chispa que no supieron si era desprecio o deseo. Se desafiaron con palabras filosas, se estudiaron con el recelo de quien no quiere ceder terreno. Nadie apostaba por ellos. Ni ellos mismos.
Pero el tiempo, caprichoso y sabio, los fue desarmando. Entre discusiones y silencios compartidos, descubrieron que detrás del orgullo había heridas parecidas, miedos similares, y un anhelo común: ser comprendidos sin condiciones.
Lo que comenzó como una batalla de voluntades terminó siendo un pacto de almas.
Y así, lo que una vez fue rechazo, se transformó en un amor tan intenso, que ninguna versión de la historia podría contarse sin esa primera chispa.
Porque ellos, que tuvieron el placer de odiarse al conocerse, ahora tienen el privilegio -el milagro- de amarse sobre todas las cosas.