Durante el tiempo que se encontraba inconciente, Volkov hace recuento de su vida, al despertar del coma y hallarse a Horacio, que no era más que un compañero del trabajo, siente en el pecho un cambio que ni siquiera puede identificar porque debe marcharse a Marbella según las ordenes de sus jefes, es así como termina por olvidarse del huequito que hizo en su corazón hasta que recibe una llamada del mismísimo Horacio. Tal vez era el valiente paso que ambos debían dar para perder el miedo a volver a amar.