Dunkelheit. Un pequeño pueblo de Alemania, casi olvidado donde solo viven los ancianos porque los jóvenes prefieren irse a estudiar a las ciudades lo más lejos posible de este pueblo que parece estar maldito.
Este pueblo es oscuro, casi siempre está cubierto con una neblina espesa y es un milagro que salga el sol por eso casi todos sus habitantes son pálidos como una hoja de papel. En él solo hay un supermercado, un instituto y un centro de entretenimiento que casi siempre se encontraba vacío. La verdad es que parece un pueblo fantasma. O está muy cerca de serlo.
Scarlett vivió el peor momento, un tormento, una verdadera desgracia. Esa situación la llevó a tomar una decisión no tan viable que digamos; decidió unirse a un convento de monjas con un voto de clausura monástica, que consiste en quedarse siempre dentro del convento y nunca salir. Una decisión no muy acertada.
A los días de haber entrado en el convento rompió la primera regla.
Prohibido entrar al Ala de "Purificación" la más alejada y según las monjas la más peligrosa. Ahí se encuentran los pacientes diagnosticados con problemas psicológicos muy graves. Según las monjas serán sanados por el Señor.
Scarlett no aguantó la curiosidad y entró a una puerta en el fondo del pasillo, donde se encontró algo inexplicable, algo inhumano.
Conrad...
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.