Antes ya tenia parte de todo dentro pero sin darme cuenta el suspiro de cada uno de ellos se sentía tan fuerte. Un frió aliento con olor a Dolor, ira, angustia y desesperación que acechaba mi alma y mi corazón. Las lagrimas que oscurecían mi vida gota a gota y el dolor que saciaba mi culpa sin importar la cicatriz que dejara a su paso, solo quería el consuelo que pude haber sentido si fueses olvidado cada uno de los momentos que te daba mientras mi alma aún podía con el peso de sus muertos y sus lagrimas. Fue hasta entonces que entendí que a los demonios como yo no se les permite enamorarse de ángeles como tu.