Los dos son hermosos, sus ojos me hechizan de una forma que me asusta y me gusta a la vez. Uno es rudo y el otro tierno, pero cuando se ponen celosos queman como el infierno, lo malo no es eso, lo malo es que me guste como queman, como me pone que me miren con enojo, me hacen tocar, bailar hasta cantar junto con las estrellas. Son míos, no los comparto. No sé compartir, nunca me enseñaron y ya no me interesa aprender. Yo soy Briann Sea, la princesa de papá, la consentida de la familia y dueña de todo lo que me apetezca. Y lo que más me aparece son los dueños de los pares de ojos con los que tanto sueño.