-Me odiabas?- pregunto el chico de cabello gris con la mirada aun al frente. -Tal vez...- un silencio recorrió el lugar de golpe ante la respuesta de la chica a su lado. -Y por qué cambiaste de parecer?- La respuesta no era el claro, "del odio al amor sólo hay un paso", todo iba más allá. -Soy una mala persona- -No eres una mala persona, solo estabas roto por dentro- Ella lo miro de reojo con una pequeña sonrisa fría y una mirada llena de esperanza. Todo era claro, ahora notaban la verdad, ambos se necesitaban de manera mutua, pero el amor no siempre se reúne en la misma vida en la que los amantes se conocen.