A veces cuando nos despertamos, solo nos basta con un "buenos dias!" para comenzar con una sonrisa en el rostro. Pero existimos quienes que, no solo no dormimos porque el insomnio y la ansiedad no nos deja, sino que tambien somos aquellos amigos a quienes recurres cuando necesitas consuelo y un oido que solo quieres que te escuche. este pequeño relato es un regalo a una querida persona que lo necesita.