La vida de Rose era perfecta: Tenía un novio amoroso, fiel y guapo; unas mejores amigas que siempre estaban ahí para ella; una familia unida y amorosa; era jugadora de Quidditch, prefecta, popular, famosa, guapa y lista. Todo (o casi todo) se fue al caño cuando Scorpius pierde parte de su memoria y termina con ella. Ahí es donde entra su mejor amiga, Marlene, para enseñarle a Rose que no todo gira alrededor de un chico, sinó también alrededor de las chicas.