Estaba atrapado entre cuatro malditas paredes grises, frías, sin sentimientos. Solo en este maldito edificio. Mi vida se resumía en muchas palabras. Medicamentos, voces, pensamientos, gritos, dolor, insomnio. A veces sus voces consumían mis pensamientos y bloqueaban mi voz haciéndome imposible gritar. Miraba a el reloj observando como pasaban las horas sentado en este maldito lugar. Yo no quería estar aquí, ella me obligo, ella fue la que me obligo a hacer todo aquello. A veces oía su risa riéndose de mi. Ojala pudiera escapar de este terrible infierno llamado, manicomio