Woo Sik nunca había pensado que estaría rogando por el amor de su omega, pero este simplemente no parecía querer saber de él, y cada vez que su relación parecía que podía avanzar un paso, siempre retrocedían diez. Han Do ya no era el mismo de años atrás que se desvivía por él, y ahora incluso había un constante aroma de otro alfa sobre él que solo lo hacía gruñir, haciendo que quisiera olvidarse de todo en lo que había estado trabajando en los dos últimos años para recuperar a su exesposo, y solo desear arrastrarlo a su lado para jugar a la familia feliz que nunca habían sido. Segunda parte de Amargo