Sentía ello, un palpitar en el pecho, un cálido frenesí en su corazón: era tan peculiar, tan inusual, ya hace años no sentía aquel tormento, si tuviera el valor de decir que alguna vez lo tuvo, tan intenso y armonioso.
Era el ver de sus cabellos rubios y sus ojos ansiosos del mundo y felicidad, solo le bastaba ello, aún después de tantos años, solo se conformaba con ver aquella sonrisa a la distancia, aquella tan cercana de tan solo tres sílabas.
Se acostumbraría, aún poco después de la guerra, teniendo la dicha de tocar aquella aldea y aún así ser recibido por sus brazos abiertos: solo eso necesitaba aunque haría lo que fuera por que fuera diferente.