Si Anne Shirley tuviera una hermana, la historia de Anne tomaría un giro interesante y enriquecedor. Elizabeth Shirley sería una chica recatada y reservada, pero con una mente igualmente creativa y apasionada por la literatura. Con su pasión compartida por la escritura, las hermanas comenzarían a colaborar en proyectos literarios. Juntas, escribirían cuentos, poemas y obras de teatro que se convertirían en la sensación de Avonlea. Su talento conjunto les proporcionaría reconocimiento y admiración en su comunidad. Sin embargo, no todo sería fácil para las hermanas Shirley. A medida que crecen, deben enfrentar desafíos personales y románticos. Mientras Anne se enamora de Gilbert Blythe, Elizabeth se encontrará en un triángulo amoroso del cuál no podrá salir. A través de sus diferencias y desafíos, el vínculo entre Anne y Elizabeth se fortalecería, y juntas aprenderían lecciones importantes sobre la amistad, el amor y la importancia de seguir los sueños. En última instancia, su historia se centraría en la importancia de la hermandad, la superación de obstáculos y el poder de la creatividad y la pasión. Al unir sus fuerzas, las hermanas Shirley demostrarían que el amor y el apoyo mutuos pueden llevar a la consecución de grandes cosas y al descubrimiento de uno mismo.