Serendipia.

Todo el hospital estaba en silencio, solo se oía el ruido de la maquina de café y nuestras pisadas caminando hacia la azotea. Una vez ahí no descalzamos y con una manta nos tapamos. Solamente se oía nuestras respiraciones en lo alto del edificio, los dos con la cabeza hacia el cielo, el admirando el cielo y yo preocupada por si lo estaba aburriendo porque era una persona que escuchaba más de lo que hablaba.
- Y a ti te gusta viajar?
- Si, la verdad
- A mí también, podríamos planear un viaje los dos y perdernos durante una semana en un lugar desconocido por ambos, sería increíble porque además no nos conocemos mucho y nos iríamos descubriendo poco a poco y...
- Siento interrumpirte Alan pero de verdad que suena interesante pero no puedo dejar a mi familia sola ahora en mitad del caos, igual más adelante no te lo niego pero actualmente es imposible...
Después de pronunciar esas palabras pensé que se levantaría molesto y se iría pero su acción me trastoco, solamente afirmo con la cabeza mientras me miraba a los ojos y siguió mirando al cielo con una sonrisa de felicidad. Ahí descubrí el sentimiento de que encontré algo que no sabia que existía algo totalmente inesperado, el me entendió y no me presiono, el sentimiento que dejo fue arrasador, fue una serendipia.