Se convenció tantas veces de que en ella solo había oscuridad, que al final se lo acabó creyendo. Luchó contra sí misma, contra lo que sentía, veía y pensaba. Nadie sabe todas las noches que lloró contra su almohada hasta dormise. Ella quería hacerlo sola, quería lograrlo. Se alejaba de todos los que se acercaban demasiado, se encerraba en sí misma pensando en todo y en nada. Hasta que llegó él y todo cambió. Ella odiaba la frase de "la persona correcta en el momento incorrecto", porque era su excusa para no darle tanta importancia a su caos interior. Aprendió a quererse, a valorarse y a dejar de poner excusas. Tal vez si lo logró; o tal vez eso es lo que todo el mundo creyó.