Siempre pensé que acabaría casándome por amor, pero mi realidad es otra. En el altar, miré a los ojos a aquel atractivo joven que se iba a convertir en mi esposo, ese que todos pensaban que me amaba tanto como yo a él, aunque lo cierto era que nos odiábamos profundamente. Era obstinado, ambicioso y sobre todo cruel, dejó las cosas claras el primer día que nos conocimos: que no debía meterme en sus asuntos y que no iba a a serme fiel. Lamentablemente para él, yo no era una persona fácil de tratar y estaba segura de que pronto se daría cuenta. Ambos seríamos la perdición del otro. "-¿Me tienes miedo? Realmente lo tenía. Era tan misterioso que lograba temerle. -Sí." [Spin-off de "La sonrisa del Diablo" y "La risa del ángel"]