El querer cumplir la mayor promesa que le hice a ella, con tan solo 8 años sin saber lo qué realmente significaba para ella. Algunas veces me cuesta creer en mí misma si podré cumplir esa promesa, día con día me impulso de ella misma, para saber que puedo hacerlo.
Mi madre al estar presente en el momento en que se realizó la promesa, tiene una postura muy importante que es impulsarme cada día, para que no me deje vencer, siempre que me quiero rendir me recuerda lo que ella decía sobre mí. Todo cambio en el momento en que realice esa promesa, empecé a tomar las cosas muy enserio de todo en mi vida, porque sabía que yo era la única que tomaría las riendas de ella.
Me llamo Carmen Hernández, tengo 18 años, con una familia pequeña que consiste de mis padres, hermana, cuñado, novio y mis perros. Estoy en cch en último semestre para ser específicos, por fin decidí estudiar derecho. Me encanta regar las plantas de mi mamá y las que eran de mi abuelita, porque sé que a ella cuidaba mucho sus plantas. Todo cambio cuando ella falleció, mi vida perdió su rumbo costó mucho para que yo pudiera intentar volver a lo que era mi vida, no importaba si era muy pequeña en ese momento. Se que ella me quería ver de manera exitosa cumpliendo mis sueños, manejando mi propio carro, entrando a la universidad, y siendo fuerte, porque ella me enseño la gran fortaleza de la mujer.
Soy una persona realmente pequeña, porque mido 1.49, lo que más me gusta es mi cabello al ser cobrizo. Desde que tengo memoria he vivido en el mismo lugar, es demasiado tranquilo aquí se siente como si estuvieras alejado de la sociedad. Tengo días en los cuales me siento mal porque sucede algo que yo quiero contarle a ella, pero se que está presente en todo lo que hago. Cada día estoy un poco más cerca de cumplirlo y ambas nos sentiremos orgullosas de esa promesa.